martes, 21 de octubre de 2014


 

                        d e s a r m a r    el    p e s o

 

                                                           “Falta mucho para la nada, como si todavía

                                                      hubiera que liberar un exceso de existencia”.

                                                                                                         

                                                                                  Joaquín O. Giannuzzi

 

                                  

 

identidad

 

quién pudiera saberlo

una de las dos

es la que espera

quién lo diría

madreselva o margarita

ternura de perros

que aúllan

 

y las dos

 

pobres

 

se esconden

 

 

 

 confesión

 

quiero decirte

que tu cuerpo es mi cuerpo

 

 anoche imaginé

esa soledad

 

 

 

 

 

 

 

 

despojo del transeúnte

 

le dijeron

que preguntara

y preguntó

 

le dijeron

que sostuviera

con su sombra

cada noche

 

en definitiva

es lo único que le queda

 

 

 

 

en esta hora

                        a Tiziano

 

 

 

cobijarte

ahora

en esta tarde

que le pertenece a la ausencia

porque tu mano

derrotó el insomnio

del insomne

la mano tibia

que tiembla

en esta tarde

a la hora del abrigo

 

 

 

 sobre la muerte 1

 

 

si supieras

acumulé campanas

en días soleados

con mar presente

crepitante de olas muertas

en caracoles azules

que guardan el viento

 

entonces

la muerte

¿es sólo eso

o todo eso?

 

 

 

obre la muerte 2

 

muchas veces la noche es un hueso

de carne helada

que se esconde en la panza

de los perros

que lloran

no de hambre

sí de tristeza

 

 

 

 

lo que queda del paraíso

 

no culminamos aún la infancia

hay un cielo gris

en el fondo de los sauces

que olvidamos

la nena se acompaña

la nena derriba

la música de los perros y da el salto

 

el umbral es esta herida

de gato abandonado

que se esconde

adentro

de un silencio amarillo

insustituibles

los dos caminan juntos

 

 

 

el viento

 

                          

y todo lo recupera el viento

                          

pero a veces

                          

no es así como sucede

 

 

 

 no olvidar

 

                        

no olvidar

no poseer

no ser esclavo de la memoria

 

 

 

el descreído

 

 

y no me importa no quiero saber de ese dolor

cada cual con su cada cual

porque el peso

pesa

 

 

 

acerca del dolor

 

voy a dejar el corazón en paz

voy a dejar mi corazón en paz

para no morir

 

 

  

maúllo niebla

 

maúllo niebla

de pelaje oscuro

cada día

al borde de los platos olvidados

no por codicia

sí por ausencia

 

 

 

ahora

 

ahora me pregunto por la poesía     

                                  

el poema que ahora escribo

no deja de escupir el hastío

la vanidad de las texturas

que se desvanecen

por puro instinto

o por esa casualidad de las cosas

de la vida

 

ahora la sensación se despliega

como para aliviar el paso

del peso que succiona

y succiono con los dientes

y me pregunto

¿importa el poema?

 

cada cual con su historia

enumera sus vacíos

                                  

 

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