construcciones de la pertenencia
“Muy tarde ya en su casa
una mujer toca la vida que duerme”
Juana Bignozzi
I
volvemos a la jaula
y el mundo sopla viento arriba
con sus ojos selváticos abismados
no hay paz
no hay métodos
no hay espacio entre lo que se abre
y lo que se cierra
II
todos tocándonos
el dolor
la fisura
el miedo
las redes
todos tocándonos
el estómago
la esperanza
III
la vida muestra
sus puertas inconclusas
escalón por escalón
asciende
con raíces
vuelve a su sitio
IV
he decidido
abandonar la tristeza
y dedicarme a construir
la desmemoria de la lluvia
la desmemoria del instinto
de la muerte
V
todo es simple
tu mano
mi mano
VI
nadie puede con nosotros
nosotros que juntos sobrevivimos
entrecerrando la realidad
desde lo lejos desde lo cerca
nosotros que hilvanamos los hilos
de la miseria y la locura
nosotros
nadie puede con nosotros
VII
el amor como un pájaro
con antecedentes de subsistencia
con alas lluviosas
debajo de mí
debajo de mi corazón solo
y terrible
cuando se lo toca
o se lo ignora
íntimamente
VIII
tiempo
lo que falta es
una pequeña unión
con la intemperie
IX
ahora
luchamos
por volver a nuestra casa
esa que dejamos
en la urgencia de la ternura
porque la muerte crece
al lado de la historia
porque la muerte
vuelve a repetirse
X
dejaremos de ser
la bala que incrusta
las palabras que respiramos
señales de nunca
de nadie
de no
XI
poner en orden
las pequeñas victorias
ser justos
ante la oscuridad
que nos arropa
como animales
escarbamos la tierra
que rota nos devuelve las heridas
la humillación clavos dominio
pisadas que sobrevuelan la memoria
XI
ahora o nunca
es el tiempo de la patria
que angustiada clama por todos
todos aquellos
que hicieron o hacen posible
los momentos de eterna
ejecución
XIII
cómo es posible
vivir estos derrames
de envejecimiento prematuro
cómo es posible
vivir el desconsuelo
la furia de corazoncitos
que no aguantan el peso
de esa mano
que contempla el martillo
cómo es posible
vivir el desconsuelo
de la libertad
XIV
duermen las palabras
dolidas todas
para no caer al descampado
tiemblan mientras esperan
otros espacios donde dormir
XV
decís infierno
y digo agua
decís cabeza
y digo llanto
decís noche
y digo música
tocate la agonía
aunque se quiebren
tus zonas
de catástrofes
XVI
¿qué es este destierro?
hacemos calaveras
con el trabajo del exilio
en un mismo país
XVII
un silencio enorme
invade la necesidad de millones
de nombres vacíos
siglos para abajo
escuchan las noches
cuando el frío
deje de temblar
XVIII
¿ya no soy
el nombre que grita
con el sudor de la serpiente
con los pechos herrumbrados
que se enfrentan
ante la nada
ante el destino?
yo siempre volveré con las piedras
XIX
yo siempre anclaré
el lenguaje
en la urgencia
plagada de fantasmas
voces tiempo pertenencia
hambre
bajo miradas
desnudas
lluvias
lejos bien lejos
del naufragio
XX
juego
a encerrarme
en las palabras
en las situaciones
en donde
no hago otra cosa
que vivir
pero no condenada
a la inexistencia
2 comentarios:
Hola Sil... el blog está quedando bellísimo con esas fotos, y los poemas tuyos que tanto me salvan...
Un beso. Te quiero mucho. Eva.
Hermosos poemas, Silvia, un ver-
dadero consuelo comprobar que si-
gue habiendo poetas verdaderos,
poesía.
Las fotos: bellísimas.
Un cálido saludo
Zulma Zubillaga
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